Hay al menos dos rasgos típicos de los agentes especiales de series y películas en relación con los idiomas. Por un lado, hablar en clave en determinados contextos. Por otro lado, su habilidad para expresarse en otras lenguas, incluso ser hiperpolíglotas. A este respecto, existen entidades reales que forman en idiomas extranjeros al personal de inteligencia o defensa, como el Defense Language Institute de los EE. UU.
Sin embargo, a mí me suele costar creerme ciertos diálogos en segundas lenguas, perfectos gramaticalmente, sobre todo si se nota que no son idiomas que ese intérprete domina. Ahora bien, algunos profesionales destacan precisamente por hacer un buen trabajo en este aspecto. Añadir un superpoder o la supervivencia como motivación, como en el largometraje Hanna (2011), puede hacer más verosímil que se sea plurilingüe. Aprender desde una edad temprana, antes del hipotético umbral, también puede justificar el alto nivel en otra lengua hasta disimular por completo el acento y que, por ejemplo, un agente se infiltre como nativo.
El inglés como lengua franca
Como ya he abordado en otros artículos, es posible hacer una versión de una historia en la lengua del público, aun cuando esta no se corresponde con la que se usó o habrían usado esos personajes en la realidad. Esto sucede a menudo con el inglés (aunque menos que antes) y es legítimo, si bien conviene tener en cuenta posibles consecuencias entre los espectadores, como la incredulidad o que se formen impresiones erróneas sobre la verdad histórica.
Últimamente, he visto obras sobre misiones secretas durante la Segunda Guerra Mundial donde personajes de la Europa continental ajenos a los servicios de inteligencia entendían bien el inglés. No obstante, antes de mediados del siglo XX, en países con poca influencia anglófona, el inglés quizá no tenía el status de ahora, de lengua franca. Ha de investigarse cada caso concreto. Como ejemplo mínimo, cuando mi madre iba al instituto, en España, el francés todavía era la lengua extranjera, pero cuando fui yo (en los años de cambio de milenio) esa asignatura sí era el inglés. Cabe considerar que el currículum educativo tal vez se pone al día más lentamente que otras esferas de la vida.
El momento del inglés
En los últimos siglos, el imperio británico dio a conocer su idioma en muchas áreas del mundo y en los últimos cien años los Estados Unidos hicieron que esas y otras zonas lo acabasen eligiendo primera lengua extranjera. La hegemonía económica, política y administrativa contribuyó a que el inglés se convirtiese en la lengua principal en la ciencia y tecnología, así como en muchas obras culturales más allá de la literatura, como la música o el cine. Primero con la radiotelevisión y posteriormente con Internet, una sociedad con acceso (casi) inmediato al conocimiento y entretenimiento necesitaba una lengua global y el inglés estaba en buena posición, mejor incluso que las lenguas construidas con el propósito de ser un idioma universal.
De todas maneras, el aprendizaje humano puede sorprendernos y, además, cada universo ficcional determina sus reglas, a veces diferentes a las reales, así que supongo que debería tener más fe en la capacidad lingüística de los agentes que han entrenado para ello.