Si obviamos por un momento que la magia y lo paranormal puedan existir en la realidad, es posible afirmar que la ficción añade una característica al crear personajes con respecto al mundo natural.
En los universos hipotéticos donde así se establezca, algunos personajes podrán sufrir cambios físicos sustanciales, carecer de cuerpo u ocupar otros organismos. En este último caso, un personaje piensa el discurso, pero otro lo pronuncia y conviene considerarlo al diseñar su forma de hablar.
El aspecto de un personaje puede variar mucho
Si la historia lo permite, los rasgos físicos de un personaje no solo cambiarán de forma esperable con el paso del tiempo o sus actividades, sino más allá.
En relatos de fantasía o para todos los públicos, algunos objetos y animales cobran vida y por ello hablan, siendo un personaje más. O bien, por razones como un hechizo, el cuerpo de humanos cambia de modo temporal o permanente.
Los cambios corporales pueden consistir en retroceder en el tiempo y volver al físico de la niñez/adolescencia o bien avanzar y pasar de niño a un cuerpo en su versión adulta.
También la nueva apariencia es a veces una especie distinta; tal situación lleva a que a menudo seres no humanos se expresen en una lengua natural. Cada creación marcará sus propias normas: hay licántropos que en su estado animal no recuerdan lo que hacen, así que esperar conversación con ellos debe descartarse.
Más en dibujos animados, la fusión de dos cuerpos resulta factible.
Personajes en otro cuerpo
Por otro lado, humanas o no, hay almas sin cuerpo, aunque a menudo tienen la facultad de tomarlo. Esta opción es habitual en piezas sobre posesión de cuerpos realizada por fantasmas, entes superiores (divinos, malignos) o extraterrestres. Como referencia, seres demoníacos parecen personas en Constantine (2005) o el espíritu de un religioso posee a Frankie en Stigmata (1999), quien entonces se expresa en idiomas que no sabía.
En tales casos, siguiendo el modelo de información de Shannon-Weaver, podemos distinguir entre la fuente y el transmisor. La primera elabora el mensaje y el segundo lo transmite. Por tanto, quien se expresa no está usando su voz física.
Narrativamente la situación ganará en profundidad si se van añadiendo ciertas capas, por ejemplo:
- Concesión de permiso para la invasión.
- Relevancia previa del huésped como personaje en la historia hasta ese momento.
- Caducidad de la convivencia de ambas almas en un solo lugar.
- Conocimiento por parte del huésped de las acciones que impulsa el invasor.
- Permeabilidad de habilidades e información entre ambas almas.
Almas que dominan idiomas diferentes
De esta manera, no todas las voces y textos nacen de la intención del personaje perceptible físicamente. Además, el esquema podría complicarse más si agregamos al entramado otra alma a mayores, un acento distinto o el conocimiento de otro idioma.
En la segunda temporada The OA (2016, 2019), el alma de Prairie ocupa el cuerpo de su yo equivalente en otra dimensión, quien se llama Nina y se hizo mayor en Rusia a diferencia de ella. Cuando intenta pasarse por Nina en un establecimiento nocturno al que acudía con frecuencia, habla inglés estadounidense con el acento ruso que le había escuchado en cintas grabadas, pero un europeo del este le comenta que parece que está perdiendo su acento.
En esa misma localización, hay un show en que una clase de pulpo gigante se comunica a través del tacto con la gente. Habrá un momento en que él se conecte a Prairie en el cuerpo de Nina. Con el tiempo, Prairie se dará cuenta de que la coexistencia era posible y estaba anulando la personalidad de Nina sin pretenderlo; a partir de entonces el acento ruso estará solo cuando Nina esté en primer plano.
Al construir un mundo ficticio parece recomendable estimar cómo un cambio físico repercute en la capacidad lingüística de un personaje, su trama y los demás.