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Cómo aprender un acento

Aprender bien un acento requiere básicamente dos pasos. Elegir qué dialecto concreto se desea adquirir (real o artificial) y después ser estrictos usando solamente los fonemas y melodías de ese dialecto.

Conviene comprender lo fundamental sobre los acentos para que se pueda luego ir a lo particular. Esto es, una vez captado el concepto de acento, podemos procesar mejor qué implica cambiarlo y qué profesionales ayudan.

Qué es un acento

Cada dialecto tiene una forma de pronunciar asociada: el acento. De todos los sonidos posibles (alrededor de 100), en cada variedad regional se usan unos en concreto (30 fonemas, por ejemplo), emitidos con cierta prosodia (sílabas más marcadas, entonación) y volumen.

Pinceles sobre boto con restos de colores de pintura para simbolizar los diferentes idiomas y dialectos cuando se busca aprender un acento

Cuando se habla otro idioma, se supone que debemos utilizar el repertorio fonológico y melódico de un dialecto de esa lengua, que muy probablemente requiere eliminar unos cuantos fonemas de nuestro acento y añadir otros. Por ejemplo, en francés, portugués y varios idiomas europeos el sonido de la letra r es gutural y no alveolar como en español.

Sin embargo, lo que solemos hacer al hablar otra lengua es aplicar el repertorio fónico de nuestro dialecto nativo y agregamos algún sonido de ese segundo idioma. La solución será estudiar bien los fonemas del dialecto o idioma de destino y a ello puede ayudar un profesional de ese acento.

Matices al pronunciar

Por cierto, en cuanto a los fonemas, pueden pronunciarse de diversas maneras sin que ello influya en el significado. Véanse los alófonos [h], [x] o [χ] para la letra j en castellano (cada idioma tiene sus combinaciones de alófonos de un fonema).

Por otra parte, con respecto a tonos, mientras en las lenguas entonativas cumplen una función expresiva, en las lenguas tonales son también un elemento que considerar al diferenciar unas palabras de otras.

Ejemplo de acento en otros idiomas

Las principales diferencias entre la pronunciación del gallego y castellano serían las siguientes (a grandes rasgos, ya que hay variantes por zonas y alófonos):

  • Pronunciar la e o la o semiabierta o semicerrada en gallego permite distinguir palabras (presa vs présa), mientras que en español no.
  • La grafía x en gallego no solo representa el sonido /ks/ o /gs/, sino que en bastantes comienzos de sílaba se emite /ʃ/, no así en castellano.
  • En español normativo sí existe el sonido de la letra jota /x/ o la y griega.
  • La n velar está muy presente en gallego, tanto en medio de términos (representada con las letras nh) como cuando una palabra termina en n y sigue otra que empieza por vocal.

Entonces, yo no acostumbro a neutralizar mis fonemas del noreste de Galicia cuando hablo cualquier otra lengua. Al expresarme en castellano, sigo aplicando la n velar al final de las palabras, por ejemplo. Muy resumido: digo un(g) acento, en vez de unacento. En este sentido, también se puede identificar a un castellanohablante aprendiz de gallego si en ciertos casos usa la n alveolar como en español.

De forma similar, cuando hablo inglés, intento pronunciar un poco como ellos, pero importo unos cuantos fonemas y melodía del gallego o castellano y no emito muchos de los sonidos como esperan los angloparlantes. Mientras en las variedades dialectales del centro y norte de España hay 25 fonemas, en inglés hay 44. Esto significa que los hispanohablantes deberíamos incorporar un par de decenas a nuestro mapa de sonidos si aspiramos a conversar como un nativo.

Además, como he aprendido inglés con gente y obras audiovisuales de varias regiones y países, no me adhiero aún a un acento regional inglés determinado, como por ejemplo el de Bristol, sino que voy fabricando mi propio acento.

Por estos motivos, se percibirá un acento gallego cuando me comunico en castellano o un acento extranjero cuando me expreso en inglés (por los fonemas y melodía que empleo imaginarán que procedo de algún lugar de Iberoamérica o el sur de Europa).

Cómo saber qué acento tengo

Los acentos estatales solo existen cuando el país es muy pequeño / nuevo o desde el punto de vista de un extranjero. Lo que más hay son dialectos asociados a regiones menores específicas que a menudo tienen peculiaridades sonoras asociadas y que se suelen englobar bajo un término genérico (costeño < colombiano < acento latinoamericano).

Podemos identificar qué acento hablamos si buscamos cómo se denominan las diferentes variedades dialectales de nuestro país y en qué área de estas se encuadra nuestro entorno (o el de las personas de las que hemos copiado el acento).

Cómo cambiar el acento

Es posible reducir o quitar el acento dentro de una misma lengua o cuando se habla otra. Aunque más bien se trata de conseguir un nuevo acento con esas características.

Tengamos presente que esta preparación de un acento requiere un esfuerzo consciente al principio para fijar los fonemas adecuados y, según el idioma, se necesitará tiempo (¿es consistente la fonología de esa lengua?). Y, con trabajo, los vicios en la pronunciación pueden corregirse, incluso si se han producido durante años; lo ideal es evitarlos.

Mujer pinta con un pincel lo que parecen ondas de sonido de diferentes colores

En cualquier caso, no olvidemos que para hablar como alguien de determinado sitio, a mayores de sonar de allí, hay que usar su vocabulario típico e incorporar ciertas particularidades gramaticales que pueda haber.

Cómo perder el acento – ¿De dónde eres?

Lo más habitual es querer ocultar el acento de manera voluntaria, por lo que sea. Hay gente que desea suavizar el acento (accent reduction). También es posible hablar una versión neutra de ese idioma (neutralisation), una construcción para su uso en medios y obras culturales, como el español neutro o el inglés internacional.

En ambos escenarios, se buscará la reducción o eliminación de algunos rasgos del acento por defecto y reemplazarlos por otros que se consideren más estándar de esa lengua en general, para que no se relacione con una región.

Ha habido decenas de casos de gente que por lesiones no han podido continuar expresándose con los típicos trazos de su acento nativo y por ello parecía que hablaban en otro acento. Esta infrecuente enfermedad se denomina el síndrome del acento extranjero.

Por otra parte, cuando se te pega el acento se llama convergencia fonética: en una conversación se mimetizan algunos rasgos fónicos. Se produce para evitar un trato diferente, facilitar el entendimiento o mostrar cercanía con el interlocutor. En mi caso, si llegara a pasar años/décadas con gente de un área concreta y me desarraigase de lo hispano, sí se supone que de este modo mejoraría muy poco a poco mi abanico de sonidos en inglés.

Cómo imitar un acento – Se nota de dónde eres

Por otro lado, adquirir o imitar un acento consiste en no emitir para nada los sonidos que diríamos por defecto. En su lugar, se busca utilizar únicamente la paleta de fonemas y melodías del dialecto que se desea hablar. Por ejemplo, para conseguir el acento venezolano un madrileño deberá dejar de pronunciar algunos de sus fonemas de base como la /θ/ de acento y emplear la /s/.

Formas de modificar el acento

Como en otros ámbitos, hay la opción de instruirse uno mismo (autodidacta) o recurrir a un profesional. En ambos casos, lo que se debe saber claramente es qué fonemas y melodías se esperan en el acento que se quiere aprender y después reproducirlos.

Los profesionales de la voz

Entre las bastantes profesiones que trabajan con el lenguaje, podríamos distinguir varios roles especializados que conocen aquello que influye en los acentos.

  • Desde el punto de vista médico, el foniatra diagnostica y receta medicamentos en caso de problemas en la emisión de voz; el otorrino para trastornos en la audición.
  • Con una perspectiva más pedagógica y práctica, el logopeda rehabilita o indica soluciones para ciertas alteraciones u obstáculos al comunicarse. También se le llama fonoaudiólogo o terapeuta/patólogo del habla y lenguaje.
  • Centrados en ayudar a personas para cuyo trabajo una buena locución es esencial, están los entrenadores de voz por un lado y los profesores de técnica vocal para canto por otro.
  • Por último, hay un subtipo de asesores lingüísticos para cine y televisión que precisamente asiste a los actores durante casting, rodaje o postproducción para que interpreten personajes con el debido acento: accent expert o dialect coach (entre otros muchos nombres).

A veces una persona puede saber en más de una de estas dimensiones. Así, un coach de acento con frecuencia es también voice / speech coach o coach para actores.

Como expertos en voz, acostumbran a tener conocimientos para una adecuada respiración, vocalización y proyección, así como para prevenir ciertas dolencias relacionadas.

Por cierto, hoy para sus papeles quienes se dedican a la actuación pueden tener que aprender lenguas naturales vivas, pero también otras extintas o ficticias.

¿Qué hace un profesional de los acentos?

Teniendo en cuenta todo lo anterior, al buscar un experto para mejorar el acento convendría que poseyera las siguientes competencias.

  • Identificar qué es necesario aprender de ese acento, el mapa de fonemas.
  • Enseñar cómo reproducir esos sonidos, su contexto y modulación. Si algún fonema cuesta, saber cuál es el punto o modo de articulación para que se consiga.
  • Sería ideal que conociera también el acento nativo para considerar las tendencias automáticas y prever las dificultades.

Las pautas y ejercicios o trucos se pueden explicar en relativamente pocas sesiones (una docena, por ejemplo). Luego será tarea del hablante tratar de seguirlos.

Dónde encontrar profesionales de los acentos

Los anteriores perfiles están disponibles en diversas plataformas:

  • Directorios de colegios o asociaciones profesionales.
  • Escuelas, estudios o academias.
  • Las páginas web de los independientes, sus medios sociales (tal que LinkedIn) o bases de datos del sector (como en la versión Pro de IMDb, del sector audiovisual).

Por ejemplo, en el curso online de ImproveYourAccent se explica a los hispanohablantes cómo sonar más británicos.

Cómo elegir un acento

Podemos valorar al menos cinco aspectos cuando seleccionamos qué acento específico nos gustaría replicar: aprendizaje, preferencia, salidas, inteligibilidad y documentación.

  • Cuanto más cercano en características fónicas esté el dialecto 1 al dialecto 2, menos cambios conllevará en teoría, así que es razonable optar por un acento que a priori nos va a costar menos o cuyos puntos están presentes en la mayoría de los otros acentos del idioma. De modo similar, si dialecto 2 tiene muchos menos fonemas y sencillos o familiares en relación con nuestro acento nativo, adquirirlo será menos complicado.
  • Puede ser que nos guste más un acento que otro, por lo menos ahora. A alguna gente le encantan los acentos que engloba el inglés británico de Cambridge y Oxford hacia el sur o RP (< Received Pronunciation), el que está en los libros de texto.
  • Igualmente cabe pensar en las oportunidades laborales o en el entorno más probable. Es común que actores de otros países de Centroamérica y Sudamérica quieran hacer audiciones para papeles en México o Argentina.
  • Para personas que hablan otros dialectos o lenguas, algunos acentos son más fáciles de entender que otros, menos cerrados.
  • Cada acento tiene más o menos expertos y fuentes bibliográficas disponibles para su estudio, por lo que no está de más investigar al respecto antes de decantarse por uno.

Dos consejos para mejorar la pronunciación

Creo que puede resultar útil considerar lo siguiente cuando se aprende un nuevo idioma o acento.

1) Si excluimos los posibles trastornos del lenguaje o alteraciones físicas, los hablantes poseemos el mismo aparato fonador, por tanto, si los checos pronuncian su especial letra ř, nosotros técnicamente también podemos. Que no haya duda. Otro asunto es cuánto nos costará.

2) Los fonemas tienen una función distintiva, en consecuencia, que pronunciemos el fonema incorrecto implicará que no nos entiendan o que transmitamos un significado diferente al pretendido. Contemplar siempre esta posibilidad parece apelar al respeto por otras pronunciaciones y a aceptar el reto de intentar lograrlas.

En ocasiones el contexto no servirá, así que mejor confiarle poco. Tampoco valdrá de nada juzgar las reglas fonológicas de otros dialectos o lenguas. Todo se resume en tratar de ser menos perezosos fonéticamente y replicar los fonemas que se espera (fundamentalmente me estoy diciendo esto a mí misma).

Por qué aprender bien un acento

Al aprender un acento añadimos una capa definida a nuestra habilidad lingüística y esto conlleva sus ventajas.

En primer lugar, nuestro conocimiento de las lenguas articuladas y nuestro dominio del campo fónico aumentan. Esto no solo es útil en sí, sino que nos servirá al estudiar otros acentos.

Si nos decantamos por perfeccionar un acento real, los demás no se estarán preguntando de dónde somos mientras estamos hablando y es más probable que se centren en el discurso.

Asimismo, al comprometernos con un acento determinado, sumamos unas segundas raíces sin perder las primeras y tenemos otro elemento que forma parte de nuestra identidad. Por ejemplo, si viviese varios años en Ontario y me dedicase a aprender esa manera de hablar inglés canadiense (< americano), mi acento contaría algo de mi historia, me representaría.


Toda esta información parece transmitir que es factible que tanto personas como personajes adopten un nuevo acento. De hacerlo, resulta recomendable emprender la tarea de forma activa, a poder ser desde el principio. El estar enfocados permitirá más eficiencia y tal vez calma, al mismo tiempo que los demás probablemente entiendan mejor.