La ficción audiovisual ha sugerido unos cuantos escenarios posibles si los humanos llegáramos a coincidir con un extraterrestre. Incluso las series con más audiencia ajenas a la ciencia ficción tienen algún capítulo en que se miraba a las estrellas. En particular, a mí me interesa la comunicación con los aliens, para lo que influirían por lo menos su fisonomía, lenguaje e intenciones. Además de abordar estos puntos, expondré algunas consideraciones lingüísticas al crear un guion con extraterrestres.
Realidad y ficción
Antes de nada, parece importante especificar qué se sabe de la existencia de seres de otros planetas y la comunicación con ellos. Por un lado, desde mediados del siglo XX ha habido diversos programas y proyectos científicos públicos y privados para buscar vida extraterrestre (SETI > Search for ExtraTerrestrial Intelligence) y para mandar mensajes al espacio por radio o grabados en sondas. Hasta se han construido idiomas para su inclusión junto a estas señales, como lingua cosmica. A todo esto, tales sonidos y placas metálicas que estarán en el espacio durante milenios igualmente podrían encontrarlos los humanos del futuro, para quienes seremos también extraños en cierto modo.
En el ebook gratuito de la NASA que cito en el apartado de Biblioteca, se reflexiona sobre los retos e implicaciones de emitir o recibir un mensaje desde el punto de vista de la antropología. Así, un mensaje creado por seres con una inteligencia distinta a la nuestra viajaría durante muchísimo tiempo hasta llegar a la Tierra, habría que identificarlo como tal (y no ruido cósmico), extraer el significado en un código que desconocemos y, sin contexto, interpretar su pretensión. O viceversa. De hecho, hubo una señal en 1977 cuyo origen no está claro todavía.
Por otro lado, en cuanto a encuentros cercanos y casos sin resolver, quizá las ciencias de hoy o de mañana puedan esclarecer misterios. Algunas agencias gubernamentales también se dedican a dar con la causa de los fenómenos inexplicables. En Francia, por ejemplo, el CNES tiene un grupo con este cometido desde los años 70. La serie OVNI(s) (2021-) se inspira en su primera época, cuando se llamaba GEPAN. Acotación: esta obra tiene una secuencia que me hace mucha gracia en la que hablan en clave sin perder la compostura.
¿Hay más vida inteligente?
Es muy probable que hayan existido, existan o vayan a existir otras formas de vida inteligente en esta u otras galaxias. No obstante, es extremadamente improbable compartir con ellas un mismo tiempo y lugar. Pese a que cuanta más longevidad de ambas sociedades, más probabilidades habría, el espacio del universo es, en efecto, la mayor frontera.
Con todo, la ciencia ha teorizado y elaborado conceptos útiles tanto para situarnos dentro del universo como para crear mundos de ficción: la ecuación de Drake, soluciones a la paradoja de Fermi, la escala de Kardashov… Sin duda su existencia nos importa.
Astrobiología hipotética
El entorno determina el cuerpo y en última instancia influye en la aptitud comunicativa. La vida que nazca y/o se desarrolle en exoplanetas muy distintos tendrá algunos de los mismos elementos que la terrestre, por lo que habría elementos comunes, pero también muchas diferencias entre la biología de aquí y allí. Tal vez tengan un físico asimétrico y vuelen. El programa documental Alien Worlds (2020) o algún libro imaginan cómo serían esos seres vivos comparándolos con lo que se ha estudiado en animales de la Tierra. En el ámbito de la ficción, las hipótesis planteadas son numerosas, más allá de la expresión del inglés little green men o la persona con antenitas.
Cierto es que, con tantos millones de planetas, en alguno podría desarrollarse la vida de modo parecido y con seres casi como nosotros. Además, a lo mejor la vida en el globo terrestre partió de moléculas que llegaron del espacio y, por consiguiente, podríamos venir de un mismo ancestro.
A propósito, si nuestro planeta y la imaginación son nuestras únicas referencias por ahora, yo no sé hasta qué punto podemos juzgar qué astros son habitables o no. Desde luego, como indican algunos filmes, buscar vida en otros planetas e interactuar con ella será una misión con muchos riesgos. Asimismo, estén en la fase del progreso en que estén, aparecer en el camino de otros organismos es casi una cuestión filosófica que habría que analizar detenidamente.
Morfología extraterrestre
En televisión y cine, los extraterrestres pueden ser tan diminutos como un patógeno o más grandes que una casa, si bien abundan aquellos con un tamaño próximo al de los humanos. Con respecto a formas, aparte de insectoides, lagartos y los bípedos grises con ojos ovalados de la ufología, muchos se parecen a cefalópodos por influencia de Lovecraft (y supongo que por ello hay menos tendencia a que sean peludos). En este sentido, me hizo gracia un momento de The Day the Earth Stood Still (2008), cuando aparecieron los tentáculos de un pulpo dentro de una esfera que todavía no sabían qué era.
SECRETARIA DE DEFENSA, REGINA JACKSON
Is that them?
OFICIAL DE LA NASA, MICHAEL GRANIER
No. It’s us.
Those are ordinary cephalopods.
Squid. Octopus.
Conviene considerar que, cuando creen que la atmósfera no es adecuada, al igual que los astronautas, los aliens podrían desplazarse con exoesqueletos puestos, cual caparazones biológicos y/o mecánicos. Cabe la posibilidad de que esto restrinja su percepción, movimientos y expresión.
Más posibles diferencias
Los sentidos predominantes en los humanos suelen ser el visual y acústico, mientras los extraterrestres podrían tener especial sensibilidad para otros, como lo olfativo o táctil.
Otras especies quizá se relacionan de otra manera: siguen a un/a líder, un cerebro es quien controla o son un solo organismo. En la adaptación The Invasion (2007), las endosporas utilizan a los humanos como sus huéspedes, pero no actúan como individuos, sino que están conectados. Así, las discrepancias desaparecen y, por consiguiente, los conflictos también.
Los creadores han imaginado también la vida artificial, robots autónomos. Igualmente, como muestran en un capítulo de The Orville (2017-2022) no habría que circunscribirse a la realidad en tres dimensiones, pues tal vez hay seres en dos dimensiones o varias más.
Con frecuencia, los aliens de la ficción presentan capacidades que los terrícolas estimamos inverosímiles o poderes sobrenaturales y divinos. De hecho, muchos superhéroes de imagen real y animación están vinculados de algún modo con lo extraterrestre. Ahora bien, se espera de la mayoría que tengan alguna vulnerabilidad, que no sean perfectos. En ocasiones, poseen la habilidad o tecnología para mostrarse de dos maneras: con su cuerpo y también como humanos.
Criaturas y humanoides
Principalmente en el género de terror, el espacio es procedencia habitual de masas y bichos, que actúan como demonios o monstruos cuyas dotes comunicativas no acostumbran a abordarse. Por otra parte, los alienígenas exhibirán prácticamente figura humana en los capítulos y largometrajes en que se desea que los espectadores se identifiquen o bien cuando el presupuesto para efectos especiales se ha dedicado a este apartado. Obviamente tal antropomorfismo reduce muchísimo los obstáculos comunicativos.
Como resumen, según la ficción televisiva y cinematográfica, un extraterrestre puede mostrar determinada apariencia por los siguientes motivos:
- Ese es su cuerpo.
- Se ha apropiado de un cuerpo habitado anterior o actualmente, es decir, son parásitos o ladrones. En tal circunstancia, fuente y transmisor no coinciden y esta coexistencia de dos almas entraña sus cosas.
- El organismo es una recreación o réplica de un ser terrestre. Por ejemplo, en Roswell (1999-2002) hay tres personajes aparentemente humanos que son una hibridación genética.
Adquieran el aspecto que adquieran, los relatos audiovisuales sostienen que los animales domésticos pueden alertar a los humanos de presencias extrañas, del mismo modo que ocurre con ciertos sucesos naturales.
Comunicarse con un extraterrestre
Ficticio o no, un alienígena comprenderá el mundo de una manera en función del físico e inteligencia de los que disponga. Esto es, podría carecer de cuerdas vocales o equivalentes de manos con las que gesticular, así como procesar la información de otro modo.
En primer lugar, su pensamiento no tiene que estar vinculado al lenguaje como en las personas. Hipotéticamente es posible razonar y progresar mucho sin ni siquiera necesitar un idioma o recurriendo a una herramienta distinta.
En segundo lugar, en caso de que emplearan un sistema de comunicación, este podría distar mucho de los códigos lingüísticos que conocemos, tanto en su medio de expresión como en su forma. A este respecto, varios relatos audiovisuales les confieren telepatía o la capacidad de transmitir ideas por algo similar a la osmosis. Por ello, los trisolarianos de 3 Body Problem (2024-) no conciben la mentira al expresarse y no están cómodos tratando con especies que pueden no decir la verdad.
Y, en tercer lugar, haya una lengua como tal mediante o no, quizá no podamos entendernos con mentes que se estructuran de un modo dispar, como apuntan en este artículo. Incluso nuestra voz, nuestros textos o ciertas frecuencias que usamos podrían ser dañinos para ellos.
De todas maneras, si la comunicación fuese posible entre un terrícola y un alien, habría por lo menos dos niveles. El nivel básico sería el que tenemos hoy con otros animales, ya que se intercambian nociones y emociones simples, hay cierto entendimiento. El siguiente nivel sería aquel en que se establecen largos intercambios de conceptos entrelazados y pertinentes, cuya precisión crecería con el aprendizaje mutuo.
Entenderse con un alien
Para descifrar un mensaje extraterrestre hemos de saber el código en que está escrito. Lo esperable es que se trabaje con realidades idénticas en todo el universo con el fin de asegurarse de que captaremos las equivalencias entre un idioma y otro. Varias películas y series consideran que la lengua universal puente serían la música o las matemáticas, como se detalla en Contact (1997). Por otra parte, si tal idioma común no se encuentra y el diálogo es factible, está la opción de aprender mutuamente la lengua del otro, a la vieja usanza o con cualquier otro método que implique relacionar cada signo con la acepción que le da esa cultura.
Lo que parece seguro es que sin piedra Rosetta la traducción es imposible para cualquiera. Sin diccionario bilingüe, se pueden extraer estadísticas como qué símbolos o cuántos se utilizan, alguna regla sintáctica o la tasa de repetición de cada signo. Sin embargo, para entender los términos, ha de decírsenos de alguna manera cuáles son los significados para esos significantes. Las palabras (o equivalentes) son culturales y, por tanto, acordadas por una sociedad concreta. No se puede adivinar sin más qué significan unas letras o sonidos por mucho tiempo que se estudien ni por mucha experiencia que tenga el equipo encargado de desencriptar. Otro asunto es que un idioma haya derivado o interactuado con otros conocidos.
Una vez se sepan las equivalencias y pase a ser una lengua conocida, sí podrá aprenderse esa lengua. Traducirá entonces un intermediario biológico como otro humano, microbios simbióticos o un babel fish y máquinas como la tongue box de Barbarella (1968) o C3PO. Como ejemplo de que traducir sin referencias no es posible, la TARDIS de Doctor Who (2005-) sabe muchísimos idiomas, pero no todos los que han existido, dado que algunos son demasiado antiguos.
Mensaje
Unos cuantos capítulos y filmes plantean que unas coordenadas para reunirse serían los primeros datos enviados entre extraterrestres y humanos. Otros mencionan el concepto de paz o un manual con información práctica. Asimismo, alguna obra advierte de que podría tratarse de un SOS o, por el contrario, un aviso para no visitar ese astro… En cualquier caso, ciertos relatos apuntan que se repetiría el mensaje constantemente o cada determinado tiempo.
Interlocutores
Bastantes series y películas recurren a expertos de algún tipo para estudiar ese primer contacto. Atención: interactuar con un extraterrestre y aprender su idioma podría conllevar consecuencias físicas o mentales. Como ejemplo, The Edge of Tomorrow (2014).
Alguna que otra obra audiovisual indica que podríamos no estar hablando con quien está al mando, bien porque son alienígenas muy jóvenes como en Explorers (1985) o sometidos a otra especie extraterrestre. Asimismo, diversos relatos sugieren que los niños o adolescentes podrían ser los primeros en hablar con ellos; por tanto, los protocolos debería considerarlo.
La situación comunicativa es distinta cuando para un intercambio hay unos pocos representantes de la humanidad y los aliens, en contraposición a cuando las especies terrestres y foráneas conviven años en el mismo territorio, tal que en Defiance (2013-2015). Por cierto, en esta serie los angloparlantes acaban incorporando alguna expresión de las lenguas alienígenas, como la malsonante shtako.
Contexto
Al igual que una visita por accidente, el mensaje extraterrestre podría ser fortuito: tal vez llegó a nosotros algo que no pretendía ser un saludo a otra civilización. De ser intencionado, las motivaciones pueden ser muchas (curiosidad, conveniencia, necesidad, tiranía) y en todo caso suman al mensaje.
No descartemos que las afirmaciones de un extraterrestre sean imprecisas. A lo mejor el Intergalactic Council of Superior Beings de Absolutely Anything (2015) representa solo a esas cuatro especies de alienígenas poderosas y nadie los ha votado como jefes del universo. Es más, los aliens podrían decir algo pretendiendo lo contrario, sea porque sencillamente su sistema comunicativo explicita lo opuesto o bien para pillar a los demás desprevenidos, como en Mars Attacks! (1996).
Canal
Todo emite una frecuencia. Y, que sepamos, las señales de radio son la mejor manera de comunicarse a distancia, así que muchísimos relatos las incorporan como la vía de comunicación interestelar. Tal forma de transmitir información destaca también como útil para supervivientes en caso de apocalipsis, como en A Quiet Place Part II (2020).
Por otro lado, la radio y los informativos de televisión se erigen como los principales medios por los que los humanos nos enteraríamos de lo que esté pasando con los extraterrestres recién detectados. No obstante, la ficción audiovisual ha expuesto alguna otra propuesta de primer contacto, por ejemplo, en The Last Starfighter (1984) usan una máquina de videojuegos en la Tierra para localizar humanos con ciertas características.
Momento
En la actualidad, oficialmente no existe vida confirmada en la galaxia explorada, por lo que al pensar en seres extraterrestres nuestra mente se va al futuro. Sin embargo, algunas series y películas parten de que ya hace tiempo pudo haberse producido una visita o contacto, como la época del Antiguo Egipto, los vikingos o el Oeste norteamericano. En algún caso la interacción es constatable en inscripciones de esas civilizaciones.
Asimismo, varias obras proponen que estos seres, sus armas o la profecía de su llegada están ahora en un satélite o astro del Sistema Solar, si bien se hallan aletargados por las condiciones ambientales o escondidos/infiltrados de algún modo para la mayoría.
Además, sugiere la ficción cinematográfica y televisiva que los alienígenas podrían conocer mejor las leyes naturales para viajar más rápido, saber lo que va a pasar y hasta regresar al pasado.
¿Cómo habla un extraterrestre?
En lo relativo a qué idioma habla un alien, las obras audiovisuales eligen una de estas opciones:
- 1) Se expresa en una lengua natural sin aludir a que debería estar articulando su propio idioma. A menudo la causa es justificable en la trama, debida a la época histórica de la industria audiovisual o por dirigirse a un público infantil. Es lícito acogerse a alguno de estos motivos, pero ya en 1953 los marcianos de un clip de Popeye hablaban su propio código y hasta se subtituló.
- 2) Reconoce de algún modo que su lengua materna es otra y que puede haber una barrera lingüística, aunque el código no se llega a concretar. Por ejemplo, en Independence Day (1996) un alien se comunica a través de un humano al que toca.
- 3) Utiliza un idioma extraterrestre y se aprecia al menos en parte de sus intervenciones. A veces ese alien logra aprender una lengua terrestre.
Este tercer tipo materializa cómo podría ser una lengua extraterrestre. Entonces, junto con la literatura, la ficción audiovisual da ideas a la rama de la lingüística que se plantea cómo hablar con un alien, denominada xenolingüística, exolingüística o astrolingüística.
Ejemplos de idioma extraterrestre ficticio
Por un lado, se confeccionan lenguas bastante semejantes a las humanas y que se emiten con la voz. Pueden presentar alguna alteración tal que reverberación al pronunciar o metalización. En tales supuestos, una misma combinación de sonidos podría tener diferente significado para humanos y aliens. En un episodio de Babylon 5 (1993-1998), la expresión inglesa “ah, hell” que exclama la capitana es idéntica a los fonemas de los minbari para referirse a “fuego continuado”, así que parte de la tripulación podría malentender eso como una orden.
Por otro lado, las obras audiovisuales han mostrado sistemas de comunicación alienígenas más o menos alejados del típico idioma:
- Los seres de Mac & Me (1988) se comunicaban a media distancia a través de silbidos.
- District 9 (2009) presenta una lengua alien con muchos chasquidos (clicks), ya que no poseen una boca que les permita articular los fonemas habituales.
- En Artificial Intelligence (2001) conversan mediante sonidos melódicos.
- En Signs (2002) dejan grandes marcas en las cosechas como sistema de navegación.
- Tanto la escritura (Heptápodo B) como el idioma extraterrestre en sí (Heptápodo A) resultan originales en Arrival (2016).
Parte de los rasgos anteriores están presentes en lenguas naturales, como el silbo gomero o los clics de lenguas sudafricanas como el xhosa, pero se confía en que al público primario de las obras les parezca inusual y se asignan a los extraterrestres.
Con respecto a otras posibles características de una lengua alienígena, podría ser que tuviese unas muy distintas a las de la Tierra. Por ejemplo, la frecuencia de las palabras de un texto podría no seguir leyes de distribución como la de Zipf-Mandelbrot que presentan las humanas (el segundo término más usado aparece aproximadamente la mitad de veces que el primero, el tercer vocablo más común se encuentra un tercio de las ocasiones que se utiliza el más habitual y así sucesivamente). Por su parte, el sistema de escritura podría no ser icónico ni representar fonemas, sino constituirse de otra manera.
Si los extraterrestres nos observan
Como manifiestan varios relatos, los contenidos de radio y televisión llevan saliendo de la Tierra varias décadas. A pesar de que las ondas son omnidireccionales alrededor del globo y no adrede, alguna podría llegar lejos y considerarse un mensaje de la humanidad al exterior. Técnicamente podrían confundir ficción con realidad como en Galaxy Quest (1999) o malinterpretar algo como una declaración de guerra, tal que en Pixels (2015).
Estas retransmisiones radiotelevisivas son la justificación para que algunos aliens ficticios sepan hablar una lengua humana cuando llegan a este planeta. Desde luego, que un extraterrestre (de la ficción) conozca un idioma humano dependerá en gran medida de si esperaban conversar con terrícolas. Además, la ficción audiovisual considera el televisor un buen medio para que los visitantes aprendan una lengua natural desde la propia Tierra. Se supone que su componente visual da suficiente contexto para deducir el significado. Hemos de considerar, sin embargo, que el lenguaje audiovisual es universal solo hasta cierto punto.
El tiempo que en ficción se tarda en aprender una lengua puede ser poco, hay unos cuantos personajes con altas capacidades. Ahora bien, en la realidad nos sorprendería lo rápido que absorberíamos nuevo vocabulario y estructuras si estuviéramos rodeados de hablantes de otras lenguas y necesitáramos entendernos para sobrevivir.
La radio y televisión no solamente son recursos de los que aprender una lengua terrestre, sino también un repertorio que reproducir para expresarse, en ausencia de voz, como el autobot Bumblebee en Transformers (2007).
Cuando un alien habla una lengua terrestre
Independientemente del método y el momento de adquisición del lenguaje, las obras audiovisuales les atribuyen a los aliens algunas dificultades o dejan ciertas marcas en su discurso: usan únicamente las categorías gramaticales más importantes, puede fallar la concordancia, se ciñen a la literalidad, su tono al pronunciar no varía en función del contexto o es demasiado seco (staccato). Este peculiar modo de hablar una lengua humana puede señalarlos como los extraterrestres que son o como humanos raros.
Para dar un poco de verosimilitud a esa primera interacción lingüística, en la comedia Meet Dave (2008) los minúsculos alienígenas (que van dentro de la nave espacial con forma humana) muestran desajustes de voz al hablar inglés; al principio sale muy aguda, después demasiado grave y luego ya suena dentro del rango humano.
Es interesante un concepto mencionado en Avatar (2009), donde enseñar inglés a los nativos de ese otro planeta formaba parte de su plan de colonización. Por otro lado, personas de la ficción que han tenido un episodio con un alien o lo llevan en su interior se vuelven casi mudos o se expresan diferente, como si su nivel de humanidad se midiese en el habla. En circunstancias de hostilidad, cabe destacar la relevancia del silencio para que no descubran a los humanos.
Por cierto, si hubiese la discordia entre ambas especies que plantean tantos relatos y los extraterrestres tuvieran acceso a todos los medios de comunicación y códigos, habría que inventar un sistema de comunicación que no pudiesen interceptar/interrumpir o descifrar. Quizá ellos también saben morse.
Crear ficción audiovisual con aliens que hablan
Ya he apuntado bastantes nociones acerca de la comunicación alien en los demás apartados de esta entrada, así como en la de introducción a los idiomas ficticios. Igualmente, en este blog hay decenas de ejemplos sobre cómo lo lingüístico puede tener una función dramática, como el suspense o el humor, entre otros. Por tanto, en esta sección solo pondré un vídeo que ilustra las posibilidades de la lengua en un relato audiovisual y algún otro comentario final.
Los relatos audiovisuales han creado o extendido algunos términos para referirse a los seres extraterrestres en general, las hipotéticas especies del universo y sus correspondientes lenguas. Para la saga de Alien (1979-2024) se usó la palabra xenomorph, mientras que la familia adoptiva en A.L.F. (1986-1990) llama Alf a su protagonista, Gordon, por ser acrónimo de alien lifeform.
Lo lingüístico puede manifestarse en su dimensión escrita. Aparte de alfabetos exóticos en las superficies dentro de la narración, como el kryptoniano, los rótulos de localización también pueden ambientar. En Transformers: Revenge of the Fallen (2009), aparece un rótulo geográfico en la escritura alien y luego cambia a las letras latinas del inglés.
Por último, me pareció gracioso cómo justificaron en un corto de Looney Tunes que cierto lugar se llamara Planeta X o que Graeme quitase de su caravana el cartelito de “Alien on board” en cuanto hubo de verdad un ocupante extraterrestre, Paul (2011).
¿Por qué conocer a un alien?
La ficción audiovisual ha imaginado algunos sentimientos y reacciones ante la posibilidad de vida más allá de la Tierra. Fundamentalmente las series y películas de extraterrestres canalizan una opinión sobre nuestro propio comportamiento o forma de ser. Por una parte, se proyectan en los aliens respuestas humanas como los experimentos incesantes, las autoridades irresponsables y el control sobre otros (con violencia y esclavitud, incluyendo las reproductivas). Por otra parte, se identifica humanidad con la emoción frente a la lógica, se vinculan algunas acciones humanas con la arrogancia o se cuestiona el statu quo de la sociedad contemporánea haciendo reflexionar sobre la evolución/extinción y qué es lo mejor para el planeta o la especie.
Además, como el todavía bastante desconocido universo se nos muestra repleto de secretos, se desea que otra civilización pudiese revelar alguno. En las historias de ciencia ficción estos se encapsulan en objetos de inmenso poder y valor, aunque pequeño tamaño.
Así como pudo haber humanos para quienes hablar no era importante, si en el futuro se demuestra que otros seres (aliens o grandes simios) poseyeran la capacidad de pensar simbólicamente y compartir ideas complejas, habría que revisar la definición de ser humano. Confirmar que existe más vida en el universo o seres tan inteligentes en este planeta nos daría otra perspectiva sobre quiénes somos y nuestro lugar en el cosmos.
I want to believe.