Hay personajes que ocultan saber un idioma[1], así como algunos pueden entender un idioma desconocido por el contexto[2]. También se ha dado algún caso de protagonistas que no son conscientes de que comprenden y se expresan en determinada lengua [3] hasta que alguien que los ha escuchado se lo comenta (y no porque traduzcan intermediarios imperceptibles). Cabe apuntar que este tercer escenario está desvinculado de aquellos que no pueden expresarse en su acento.
El pársel para Harry Potter
Quizá el ejemplo más popular es el de un joven mago. En Harry Potter and the Sorcerer’s Stone (2001), él le había hablado a una serpiente, pero pensaba que esta entendía inglés, idioma que también oyen los espectadores y en el que el animal comprendió un cartel y respondió en agradecimiento.
Este aprendiz no se daría cuenta de que pronunciaba parseltongue hasta Harry Potter And The Chamber Of Secrets (2002). Durante un combate de demostración, su contrincante había conjurado una serpiente que se dispone a atacar a uno de los compañeros de clase. Harry la controla emitiendo ciertos silbidos y susurros, aunque cree haberle dicho al reptil don’t attack Justin. Como le dicen Hermione y Ron inmediatamente, ser parselmouth podría indicar que es el heredero de hechiceros malignos como Slytherin o Voldemort. Por cierto, esta destreza solía heredarse.
Se sugiere entonces que el dominio de esa lengua indica algo de su identidad (¿es un mago tenebroso?). Por tanto, crea la duda de su bondad y su derecho a pertenecer a la casa de estudiantes en la que está (Gryffindor). No obstante, como se revelará más adelante, en realidad su poco habitual habilidad lingüística está relacionada con alguien con quien se cruzó en el pasado.
Harry y otros personajes utilizan esta lengua en varios de los largometrajes y casi nunca se subtitula, pues deben de considerar los creadores que el significado se deduce por la situación. Seguidores de la saga han apuntado que en alguna ocasión él parece saber que se expresa en pársel. De hecho, usa su conocimiento lingüístico voluntariamente con un fin relevante en el relato, sin embargo, otras veces posteriores vuelve a no percatarse. Se puede calificar de inconsistente o desconcertante, sobre todo si con el tiempo sus poderes han aumentado.
Esta lengua de las serpientes (snake tongue) y otros seres como basiliscos la menciona JK Rowling en los libros, si bien su fonología la construyó para las películas un profesor universitario partiendo de algunos idiomas naturales. No es una lengua artificial como tal, sino un repertorio sibilante al que trasladar las palabras del inglés y algún que otro apunte de gramática para así sonar viperinamente.
Una explicación sobrenatural
El elemento fantástico está también vinculado con otras historias que conozco de personajes que no saben que hablan determinado idioma.
En el primer capítulo de la serie española Ángel o demonio (2011), Valeria experimenta sucesos raros y oscurísimos desde que se encuentra con unos seres de comportamientos paranormales. Uno de ellos le entrega un libro y al tocarlo la audiencia puede ver una sucesión rápida de imágenes.
Cuando ella está en la pizarra en clase de latín, escribe un párrafo sin darse cuenta y luego le responde al profesor en ese idioma. Un compañero se alegra de que también hable esa lengua, pero ella niega saberla. Más adelante tiene una conversación en la que se le dice que como mensajera puede tener cualquier poder, lo que se necesite en ese momento. En el libro alguna información útil se le mostrará en otro alfabeto.
A los bilingües nos puede extrañar que tras unos segundos un hablante no perciba que está usando otro código lingüístico o que le están diciendo algo en otra lengua. No obstante, todo depende de cómo se plantee en el mundo ficticio. Además, los niños a veces tardan en comprender que esos dos grupos de términos que intercambian con gente distinta resultan ser idiomas diferentes. Asimismo, a muchos les sale responder en otra de las lenguas que dominan casi sin pensar. Otras peculiaridades se pueden dar. En cualquier caso, es una posibilidad que puede dar juego narrativamente.