Quienes hablan inglés de forma nativa ya saben una de las principales lenguas francas, por lo que no suelen tener la necesidad de aprender un segundo idioma. La ficción refleja este monolingüismo de varios modos.
En primer lugar, los angloparlantes son potencia en producción cinematográfica y presentan muchas historias donde predomina el inglés, idioma de su audiencia primaria. Disponen las circunstancias del relato de manera que la mayoría de los diálogos son en su lengua, si bien esta costumbre homogeneizadora no se da tanto últimamente.
Asimismo, en varios géneros se alude directamente al monolingüismo de un personaje que habla inglés como nativo. Por ejemplo, en la trilogía Before, Céline se mete con Jesse por no hablar otros idiomas. Tal característica a veces participa de algún modo en la trama y genera humor, incluso en situaciones muy tensas. La alemana Bridget pregunta a los estadounidenses en Inglorious Basterds (2009): “I know this is a silly question before I ask it, but can you Americans speak any other language than English?”. Ellos tratarán de hacerse pasar por italianos durante una misión, pero su pronunciación inglesa no es fácil de disimular, sobre todo teniendo en cuenta que el personaje que los escucha es políglota.
En ocasiones se cuestiona también su oído con otros idiomas. En la comedia remake The Hustle (2019), un personaje angloparlante no sabe cómo reaccionar a la ininteligible intervención de su interlocutor. Entonces, se dirige a su asistente de voz en busca de ayuda y una mujer que ha escuchado la conversación lo corrige:
ALEX
(a su teléfono)
Siri, I need to learn German.
JOSEPHINE
(con acento germánico)
That is not German. That is Dutch.
En contraposición al monolingüismo anglófono, hay culturas conocidas por su dominio de idiomas extranjeros. En un capítulo de Unbreakable Kimmy Schmidt (2015-2020), la protagonista conoce a alguien de la Europa nórdica y ella lo felicita por su sistema educativo, ya que su inglés es excelente.
Además, este tropo de English can’t speak other languages está vinculado al grado de realismo cuando se intentan mostrar otros idiomas. En concreto, la filosofía As long as it sounds foreign es laxa en cuanto a contratar intérpretes nativos, recrear lenguas extintas o crear idiomas ficticios, pues deben de considerar que ese esfuerzo no vale la pena en su contexto.
Por otra parte, aunque los anglófonos de la ficción tienden menos al plurilingüismo, su riqueza intralingüística está bastante presente. Es habitual en cine y televisión bromear con lo difícil que es imitar ciertos acentos del inglés, a menudo el británico.
Ser monolingüe puede llevar a que se conecte menos con otras culturas. De todas formas, que los angloparlantes no aprendan otros idiomas no quiere decir que en realidad les sea difícil. Parece ser que el inglés es una lengua bien posicionada para aprender unos cuantos idiomas europeos. Esto se debe a su cercanía léxica y gramatical a las lenguas germánicas, así como a su mucho vocabulario de origen romance (que llegó en el medievo a través del francés).