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Narrativa

Los retos lingüísticos de la ficción audiovisual para todos

Los dibujos animados y obras de imagen real para la audiencia infantil y familiar comparten muchos aspectos lingüísticos con los relatos audiovisuales para adolescentes y adultos.

Ahora bien, las obras aprobadas para niños que insertan algunos o todos sus personajes mediante animación 2D, 3D, stop motion, performance capture o muchas otras técnicas tienen ciertas particularidades que me gustaría comentar, más allá de ser una película con animales que hablan. Como pasa a menudo en el cine y televisión, muchos de los relatos incluidos a continuación se basan en historias literarias.

En términos generales, en los contenidos sin restricción de edad hay cierta tendencia a que parte de las intervenciones sean musicales y determinados conceptos se presenten de manera sencilla para adaptarse al nivel de comprensión de los niños. No obstante, no es raro que se incluya algún detalle para que lo capten solamente los adultos.

Quiénes hablan en las series y películas infantiles

Independientemente del público al que se dirijan, las series y películas de géneros como la ciencia ficción o la fantasía muestran personajes de todo tipo con la facultad de expresarse en lenguas naturales, desde otros grandes simios hasta los árboles o las frutas. A veces el habla se mantiene aunque el cuerpo cambie, como en el caso de los fantasmas o el personaje finalmente humano de The Adventures of Pinocchio (1996).

Lo que las obras audiovisuales para todos los públicos tienen de peculiar es la frecuencia de la habilidad lingüística en seres inertes, animales y otras criaturas. Lo común es humanizar con el fin de que les resulte más atrayente a los niños y porque, en cierto modo, personificar es una tendencia inherente. Eso sí, conviene complementar estos símiles con información sobre naturaleza para que los niños más pequeños no confundan conceptos del universo real y ficticio.

Pingüino volando con maleta que muestra anteriores viajes para ilustrar pelicula con animales que hablan

Pese a que los animales se comunican entre ellos en el mundo fáctico de formas tan valiosas como el lenguaje humano, estos seres no tienen una capacidad cognitiva (o lo que sea) que les permita hablar como las personas. A esto apunta precisamente un protagonista de Over the Garden Wall (2014), al cuestionar que el pájaro azul Beatrice pueda hablar, si bien en capítulos posteriores se explicará el porqué.

Algunos seres hablan y otros no

Como siempre, cada obra tendrá sus normas, más o menos parecidas a la realidad. Baby Jaguar en la serie didáctica para aprender español Dora, The Explorer (2000-2019) no decía nada en sus primeras temporadas, pero luego sí, pues creció.

En la película con animales que hablan entre ellos Finding Nemo (2003), que las gaviotas solo puedan pronunciar una palabra (mine = mío) busca indicar su escasa inteligencia / posibilidad de razonar con ellas a diferencia del resto de seres vivos. Por otro lado, el cuervo servidor de Maleficent (2014) solo se expresará en lengua natural cuando posea forma humana, aunque entenderá igualmente al convertirse en otras figuras, como la de dragón.

La costumbre de que cualquier personaje tome la palabra hace que sorprenda que el camaleón Pascal o el caballo-guardián Maximus no hablen en Tangled (2010), a pesar de que parezcan comprender más de lo esperable en un animal.

Por qué ciertos seres hablan en las obras infantiles

Los motivos por los que los animales y otros entes muestran habilidad lingüística en los contenidos audiovisuales para menores pueden ser muy variados, como en los demás relatos. Sin embargo, mientras en las piezas para los mayores se espera cierta justificación implícita, no es raro que el guion careza de explicación para el público infantil: los animales de la sabana simplemente usan el inglés en The Lion King (1994) o un cervatillo lo aprende como Bambi (1942).

Ahora bien, cada vez más piezas deciden explicitar la razón del don lingüístico e incluso mostrar cómo se logra. A diferencia del reno Sven, el muñeco de nieve Olaf sí habla gracias a la magia de Elsa en Frozen (2013). De modo similar, por una maldición los trabajadores del castillo viven como objetos en The Beauty and The Beast (1991).

Por su parte, en el largometraje Super Buddies (2013) un extraterrestre se convierte en perro para estar en la Tierra. El niño que se encuentra le enseña que, si quiere pasar desapercibido, los perros no hablan como los humanos, sino que ladran.

La tecnología a menudo contribuye a la comunicación. El muñeco de 9 (2009) quiere expresarse, pero no puede hasta que se inserta un aparato fonador. En este sentido, un dispositivo de traducción permitirá que las emisiones caninas se reciban en lengua inglesa en Up (2009).

Qué idiomas se hablan en las producciones audiovisuales para todas las edades

En principio, y como mencioné en el anterior artículo, los seres fantásticos podrían hablar cualquier lengua natural y es posible crear idiomas artificiales para la audiencia infantil, no obstante, hay que tener en cuenta una limitación. Los más pequeños no saben leer o todavía no a la velocidad de los adultos, de manera que la información de la historia debe transmitirse considerando que conviene no depender de los subtítulos.

Por ello, cuando se han construido lenguas se ha pretendido que los espectadores comprendiesen sin necesitar apoyo fuera del universo ficticio. Es el caso del Penguinese en Pingu (1986), una amalgama de balbuceo e idiomas reales con objetivo cómico cuyo significado se capta sin importar la lengua materna.

En Wreck-It Ralph (2012), el ser del videojuego Q*bert se expresa en una lengua rara, ilustrada a través de simbolitos en un bocadillo. Lo que diga en Qbertese se sobreentenderá por los símbolos que se introduzcan y porque un personaje traduce su intervención.

La comprensión entre personajes en los relatos audiovisuales infantiles

En ocasiones los animales de diferentes especies (o humanos convertidos) se entienden porque hablan el mismo idioma, como en The Princess and The Frog (2009).

Otras veces solo les parece al espectador y/o personajes que comparten lengua. En el anime Tsubasa kuronikuru (2005-2010), hay multitud de mundos paralelos y se supone que en cada uno la comunicación se establece en un idioma determinado. En el capítulo 36, Fye revela que el entendimiento entre las personas de diferentes mundos es posible si está presente Mokona, un ser mágico con forma de conejo blanco, gracias al cual parecen hablar todos la misma lengua, el japonés.

Planet 51 (2009) cuenta cómo un astronauta estadounidense aterriza en un planeta habitado por criaturas verdes bastante antropomorfas que también se expresan en inglés. Por su parte, en Bee Movie (2007) se bromea al inicio de un juicio con el hecho de que las abejas conversen en una lengua humana.

JUEZ (humano)

Mr. Benson… you are representing all the bees of the world?

BARRY (abeja)

(Tose) Bzszszsz Bzszs Bzszszs Bzszszszs Bzszs (Imitando la típica onomatopeya de una abeja) I’m kidding. Yes, Your Honor, we are ready to proceed.

Al igual que en relatos para otros públicos, el hecho de que seres muy diferentes y distantes no hallen obstáculo comunicativo difiere de la realidad, con sus barreras lingüísticas y sus diferencias culturales. Por tanto, quizá algún joven espectador se lleve una impresión equivocada de la diversidad real y piense durante un tiempo que en todo el mundo se habla su lengua nativa.

Finding Nemo y su secuela aspiró a mostrar cierto plurilingüismo en el mundo acuático aludiendo al balleno, el jorobado o el idioma de una orca, que sonarían muy lejano al inglés que predomina en el filme.

Cuando humanos y animales no hablan entre sí en el mismo idioma

Ciertas obras han preferido no verbalizar la comprensión entre personajes de especies distintas, como en Ratatouille (2007), donde el humano Linguini le habla al roedor Remy, pero este no responde directamente; solo se comunican entre ellos con gestos y actos.

En bastantes obras los animales y humanos emplean la misma lengua para hablar con sus congéneres y en consecuencia el público, pero en realidad no se entienden entre ellos. En Babe, the Gallant Pig (1995), los humanos diegéticos oyen balar o gruñir a los animales, en lugar del inglés que escucha la audiencia cuando conversan entre ellos el cerdito, los perros o las ovejas (que, por cierto, tienen una especie de contraseña).

Puede haber integilibidad, pero quizá existen normas tácitas para no hablar con los humanos. Los juguetes de Toy Story (1995) conversan entre sí en inglés, pero no con las personas. Estas únicamente pueden escuchar contadas frases pregrabadas en la caja de voz de algunos muñecos, como por ejemplo el «There is a snake in my boot!» del Sheriff Woody. Sin embargo, este personaje se saltará la regla y se dirigirá con palabras nuevas contextuales a un humano para asustarlo.

Doctor Dolittle (1999) sugiere en un momento dado que hay variedades geográficas en los modos en que se expresan los animales. John, el protagonista humano, únicamente entiende a los animales que se comunican en la correspondiente variante estadounidense, pues no entiende a un mono porque “speaks Spanish”.

Traducir dentro de una historia audiovisual universal

Muchos niños no han tenido apenas tiempo aún de aprender lenguas extranjeras. Entre otros mecanismos, un personaje puede representar el nivel lingüístico del público para que se traduzca alguna intervención durante la historia. Así, la niña protagonista de Coraline (2009) tiene un vecino ruso que mezcla términos de su lengua materna al expresarse en inglés. Si ella como anglófona no entiende uno, le pregunta (mooshkas?) y él responde el equivalente (the mice! = los ratones).

Sabiendo que los más pequeños tampoco dominan la lectura todavía, se han ideado algunas soluciones para que nadie se pierda en la trama. En Madagascar (2005), los pingüinos no saben leer el cartel de la caja en la que se encuentran atrapados, por lo que piden ayuda a un mono sordomudo, cuyas señas otro les traduce. Tanto los pingüinos como el público infantil sabrán ahora el rumbo del barco, si es que antes no se había dicho o captado.

Las funciones dramáticas de la capacidad lingüística en las piezas infantiles

Al igual que en guiones para otra audiencia, la facultad de hablar a veces desempeña papeles relevantes en las historias para niños. El cisne Louis de The Trumpet of the Swan (2001) es mudo y, aunque un humano le enseña a escribir, sus congéneres no saben interpretar lo que dibuje en su pizarra. El relato se centrará en la búsqueda de su mejor forma de expresión y además otorgará un significado literal a la denominación cisne trompetero. Por su parte, la sirena de Little Mermaid (1989) tiene su voz cautiva, así que dificultará su comunicación y sus objetivos.


Crear guiones de ficción televisiva o cinematográfica para todos los públicos requiere preparar de manera especial gran parte del contenido, volviéndolo interesante y comprensible. Es posible discurrir recursos dentro de la historia con componentes inclusivos y humorísticos que no transmitan una homogeneidad cultural ni distorsionen los conocimientos sobre el mundo natural.