Una forma de hablar diferente ayuda a un personaje con motivos para dejar atrás su pasado o para ocultar su origen. A menudo es el caso de delincuentes o agentes especiales.
En My Fair Lady (1964), la protagonista de este musical trabaja su dicción durante meses, junto a un experto en los acentos del inglés, para pasarse por alguien de clase alta y que su status social cambie. No obstante, disimular la procedencia no es fácil. Como le resalta Tywin Lannister a Arya Stark en Game Of Thrones (2011-2019), por mucho que quiera aparentar ser una criada, ella a veces usa pronunciación y palabras de la nobleza (mylord en vez de m’lord).
Los personajes no tienen por qué participar en una misión o estar huyendo de algo para cambiar su acento. En la primera temporada de Bridgerton (2020-), la modista Delacroix esconde su acento británico ante los clientes por marketing y hacer creer que es francesa. En un momento dado, alguien francófono se da cuenta y le pide algo a cambio de guardar su secreto. ¿Cómo se dio cuenta? Pues no pudo adscribir su acento a ninguna región particular, razón que no es la primera vez que se le da a un hablante no nativo.
A pesar del cuidado que se ponga, el lenguaje puede delatar la culpabilidad de alguien. La Lingüística Forense se fija en las peculiaridades lingüísticas para probar quiénes crearon un texto oral o escrito. Como ejemplo, en la quinta temporada de la serie policial Line of Duty (2012-2021) se afirma conocer al autor de ciertos mensajes por utilizar el término incorrecto definately.
Estos ejemplos muestran la importancia del lenguaje en la creación de la identidad o al formar una opinión sobre otros: se espera casi parecer otra persona fundamentalmente por cómo se habla. Sin embargo, los personajes no deberían subestimar lo arraigados que están la lengua materna y el acento, pues ciertos oídos detectan que no se es quien se dice…