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Análisis express

¿Cuántas lenguas puede dominar un personaje?

En el mundo real, que sepamos de momento, solo las personas hablan una lengua articulada y algunas aves imitan esos sonidos. Se está trabajando para que los programas informáticos entiendan los comandos humanos a través de lenguas naturales. Por otro lado, en la ficción, muy diversos seres son capaces de expresarse en idiomas (no solo históricos, sino también inventados para un relato) y además sus aptitudes lingüísticas frecuentemente superan a las humanas.

Inscripciones en la palma de la mano, para indicar que esa persona habla varios idiomas

Abordemos entonces hasta dónde llegan los humanos lingüísticamente y después algunas posibilidades que ofrece la ficción más allá.

La persona que habla varios idiomas

Quien domina una lengua se califica como monolingüe; es la situación de bastantes anglófonos. La persona que habla varios idiomas se llama políglota, plurilingüe o multilingüe (multilingual). Existen adjetivos concretos para las que hablan dos (bilingüe), tres (trilingüe), cuadro (cuatrilingüe) o cinco lenguas (quinquelingüe o pentalingüe).

Las personas que conversan en seis idiomas o más se conocen como hiperpolíglotas (hyperpolyglots). Hay disponible una lista de prodigios lingüísticos por continentes, un par de ellos en el Libro Guinness de los Récords, aunque no he conseguido averiguar cómo se midió su conocimiento.

Es difícil determinar qué persona sabe más idiomas. De alguna se dice que pudo haber estudiado más de 100 lenguas o de otras la mitad, pero sin pruebas son únicamente leyendas. Lo más común es adquirir un buen nivel en 10 o 20 lenguas. Con más detalle, Michael Erard describe algunos ejemplos de hiperpolíglotas pasados y presentes en su libro y conferencia de presentación.

No está de más aclarar que los idiomas son el objeto de estudio o trabajo de los lingüistas dentro de su rama concreta (fonética, pragmática, lexicografía…), pero no tienen por qué saber necesariamente expresarse como hablantes. Otra cuestión es que las personas más interesadas en aprender lenguas decidan dedicarse a la lingüística como profesión.

¿Qué significa dominar un idioma?

En primer lugar, para hablar bien una lengua tiene que existir la capacidad y también cierta necesidad que lleve a la persona a querer aprenderlo para vivir en sociedad. El lenguaje articulado es ubicuo en el mundo humano hoy.

Es posible utilizar diferentes criterios para evaluar si una persona habla con eficacia una lengua o no. En Europa se mide el dominio de un idioma con un marco estandarizado de seis niveles. Un usuario de cuarto nivel (B2) ya podría considerarse que se comunica efectivamente en cierta lengua.

Dibujo esquemático de las conexiones cerebrales

Investigaciones científicas han demostrado que el cerebro de una persona políglota o que está expuesta a una segunda lengua constantemente no se conforma ni comporta del mismo modo que el de una monolingüe. Su concentración es mayor, aunque también conlleva algún inconveniente.

Cuando se adquiere una lengua nueva, es frecuente que sucedan interferencias entre esta y las otras lenguas, especialmente la nativa. El desgaste o erosión lingüística (language attrition) se notará al buscar vocabulario, en la menor fluidez o en el uso de calcos del idioma nuevo al usar el materno.

¿Cuánto se tarda en aprender un idioma?

En el número que se puede aprender influye el tipo de lengua. Hay idiomas muy difíciles, como el árabe, y otros no tanto porque comparten muchos puntos comunes con los demás de una familia lingüística (cognados, estructuras). Así, para un español no supone el mismo reto estudiar tres lenguas romances como el portugués, italiano y francés a probar con otras de tres grupos diferentes, tal que el aymara, yoruba y kurdo.

Además, cual políglotas de cuna, algunas personas se crían no solo en dos, sino en tres o incluso cuatro lenguas (dos de los progenitores, otra del colegio y una cuarta de la otra persona que los cuida). Disponen de un entorno con bilingüismo o multilingüismo social o diseñado.

Mujer escribiendo en computadora sobre mesa en la que hay teléfono, taza y papel con anotaciones

Se puede aprender un idioma en unos meses, si por ejemplo ya se tiene práctica estudiando otros idiomas, existe empeño, un buen método e inmersión lingüística (puedo certificar que necesitar aprender un idioma para sobrevivir agudiza muchísimo nuestra recepción). Dependerá.

Cabe comentar que los primeros días puede dar la impresión de que aprendemos mucho, muy rápido, ya que antes no sabíamos nada. Pero después la sensación cambiará y nos costará percibir que avanzamos tanto.

Qué aportan los políglotas de la ficción

En las piezas audiovisuales de vez en cuando hay hiperpolíglotas que usualmente ejercen de traductores para otros. Ciertos personajes humanos tienen un nivel C1 o C2 en varias lenguas al mismo tiempo, aunque a veces tarde en revelarse. Quizá el acento del intérprete no es siempre muy inteligible para un espectador nativo, pero en esa historia el personaje comprende y se desenvuelve en casi cualquier contexto.

Es el caso de las series o películas en las que se requieren idiomas para un trabajo, como el de astronauta, espía o militar como Beni Gabor. En Alias (2001-2006) los agentes desarrollan misiones encubiertas en países muy distintos sin que la lengua sea obstáculo.

El plurilingüismo de los seres fantásticos

En los universos ficticios los políglotas pueden serlo también porque han vivido muchos años de forma extraordinaria y a los idiomas han dedicado su tiempo, como la protagonista de The Age of Adaline (2015) o probablemente algún otro como los vampiros.

Las historias audiovisuales permiten otras circunstancias nuevas que expanden las capacidades lingüísticas. En el juego de Jumanji: The Next Level (2019), un zoólogo tiene lingüística como habilidad en esa partida y se comunica con (aparentemente) un camello o un caballo y traduce para los demás. Asimismo, las personas en ocasiones pueden ser o convertirse en superhumanos, gracias a ello Lucy (2014) aprende chino en una hora ella sola. Algunos kryptonianos tienen una capacidad parecida.

En los relatos prácticamente cualquier ser (incluso inerte) puede tomar la palabra, a menudo para expresarse en idiomas naturales. Desde una piedra boomerang en Fantaghirò 3 (1993) o los bichos y animales de muchísimas obras de animación hasta aliens, deidades, el diablo o la propia muerte. En algunas historias habrá que distinguir entre la fuente de un mensaje y su emisor, puesto que no coinciden.

Máquinas que hablan

La inteligencia artificial es uno de los campos en la ficción que más añade desde el punto de vista lingüístico. La opción Spanish de Buzz Light Year en Toy Story 3 (2010) o la mayor diversidad de EVE en Wall-E (2008) son un reconocimiento breve a esa parte de la audiencia que habla otros idiomas, por lo que encierran una importante carga simbólica.

Mano humana acercándose a mano robot

A mucha mayor escala y complejidad, el programa informático de Her (2013) puede establecer con gente de muchos idiomas al mismo tiempo miles de conversaciones, cuya profundidad no parece diferir mucho de la de un humano. Por su parte, los conocimientos lingüísticos del robot David en Prometheus (2012) lo facultan para preguntar supuestamente algo trascendental a uno de los creadores de la humanidad. Por último, el androide intérprete C-3PO de la saga de Star Wars es experto en más de seis millones de formas de comunicación. En alguna ocasión su destreza lingüística influirá en la trama y su propio destino. Para más ejemplos y conceptos sobre robots que hablan, he escrito un artículo al respecto.


El progreso científico quizá haga reales algunas hipótesis de la ficción. Todo apunta a que las obras cinematográficas y televisivas seguirán dando ideas que buscan la universalidad o reflejar la diversidad lingüística. En cualquier caso, la motivación, perseverancia y logros de algunas personas políglotas son increíbles.