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Análisis express

La dimensión escrita de la ficción audiovisual

El cine era en cierto modo más universal en sus inicios, pero la concreción lingüística fue adquiriendo protagonismo. Y entre los idiomas expresados por el plano auditivo y el visual (dos de las dimensiones del lenguaje articulado), parece que las palabras pronunciadas suelen predominar en la mayoría de los casos sobre el texto o sobre la lengua de signos. Ahora bien, no está de más comentar unos cuantos ejemplos de qué se puede lograr con los textos y gráficos en una serie o película.

Tipos de texto en un relato audiovisual

Como detalla al inicio de su libro F. Chaume (citado en la Biblioteca), dentro del código gráfico se distinguirían cuatro clases de texto en una pieza audiovisual:

  1. Títulos de creación: título de la obra, ficha técnica (reparto y equipo), continuará/fin.
  2. Intertítulos o insertos entre secuencias.
  3. Textos dentro de la acción o hacia el espectador.
  4. Subtítulos, que pueden estar ya en la obra original y no solo en la traducida para otros mercados.

Entre el diseño de ellos generalmente hay coherencia.

Hagamos un breve recorrido por los títulos de crédito de relatos audiovisuales de ficción (1) y, sobre todo, por los textos que influyen en la trama o la acción (3).

Ejemplos de títulos de crédito

La evolución de los títulos de crédito está vinculada a la imaginación de los creadores y circunstancias históricas como las innovaciones técnicas.

Historia de los títulos de crédito en el cine

Los créditos se pueden mostrar al principio de la obra, al final o ambos. En este tercer supuesto, hay que diferenciar entre los títulos iniciales (resumen lo más destacado de la ficha técnica a modo de presentación) y los finales.

Últimamente los títulos de crédito finales suelen estar acompañados o preceder alguna secuencia extra a modo de epílogo, una escena post-créditos (after credits / post credits scene), por lo que la atención a ellos ha crecido, especialmente en algunos géneros o universos ficcionales.

El orden de aparición de cada persona o empresa suele estar determinada por si son créditos iniciales o finales, los convenios del sector o los acuerdos de financiación. Cada región tendrá su jerarquía. En ciertos países donde las ayudas de la televisión y las subvenciones son habituales, no es raro que haya unos cuantos logos de empresas al comienzo.

Con respecto a las series, los openings se han liberado, sobre todo desde que empezó el tercer milenio. Cada obra fija ahora sus propias reglas, con una cabecera de dos segundos mostrando el título únicamente o por el contrario dedicando más de un minuto. Algunas series recientes modifican algún texto en su opening en cada capítulo.

Cómo han cambiado los títulos de crédito o cabeceras de las series

El texto del título de una película o serie

Dentro de los títulos de crédito, conviene ahondar sobre el rótulo que muestra el título de la obra. Es relevante cómo y cuándo aparece. Como cualquier texto de un relato audiovisual, puede estar relacionado con la acción o no.

Cualquier elemento de una historia posee la capacidad de fascinar o de sacarte por un momento, como me pasó al notar que el título de Les adieux à la reine (2012) estaba en mayúsculas, pero la preposición no tenía el acento diacrítico, así que esa a sería un verbo y la frase perdería sentido.

Cómo aumentar el impacto del texto del título de una película o serie

Independientemente de su tipo de fuente e inserción en el relato, el nombre en sí de una película o serie puede tener algún toque lingüístico, como una errata intencionada o el uso de siglas, entre otros. Qué motiva que esa obra se titule precisamente así incrementa la intriga y su singularidad.

El texto escrito en series y películas

En la ficción audiovisual se ve texto diegético, esto es, aquello con lo que se pueden cruzar personajes de la historia o diégesis. Y muchas veces también se muestran frases extradiegéticas, es decir, indicaciones para el espectador con el fin de que se sitúe, por ambientar o humor.

La palabra escrita dentro de la acción cinematográfica

En primer lugar, como en la realidad, hay letras en las cartas, medios de comunicación, luminosos o en la arena. Hasta en los trajes de superhéroe.

En los últimos años, a estos elementos ha llegado también la localización, es decir, que al crear la obra original (producción) ya se tenga en cuenta la adaptación a otros públicos que se hace normalmente en la fase de traducción (distribución). De esta forma, se rodaron planos equivalentes del cuaderno de Captain America: The Winter Soldier (2014) para que mostrase distintas referencias culturales y cada audiencia pudiese identificarse.

También en pantallas de la historia aparece texto, cada vez más. En tal circunstancia surge el dilema de cómo hacerle llegar al espectador lo que sucede en el dispositivo: ¿grabar la pantalla, añadir el texto sobre la imagen cual rótulo u otra solución? Ciertos aspectos influirán en la decisión, como el presupuesto, tiempo, información transmitida o efectos en la verosimilitud. Quizá se vayan instaurando convenciones, como ya lo es que pueda cambiar el punto de focalización cuando alguien empieza a leer una carta.

Inicios y ejemplos sobre cómo rodar en las historias audiovisuales lo que pasa en el teléfono móvil, el ordenador o pantallas similares

Me gustaría mencionar cómo al principio del último capítulo de Girl Boss (2017) trasladan las conversaciones en un foro de moda vintage. Personas hablando en una sala recrean un enlace, un gif o los momentos de des/conexión o moderación. Eso sí, no sé hasta qué punto gente ajena a Internet puede entender qué está pasando.

Por otra parte, a veces cuando una obra presenta personas a las que se les supone otra lengua, parece que es el plano escrito el que permanece fiel a la historia en vez del oral. Como si las letras revelasen el sustrato lingüístico. Así, Gladiator (2001) sucede en el Imperio Romano con personajes que hablan en inglés, que no corresponde a la época, pero hay un cartel que anuncia en latín un enfrentamiento (Gladiatores violentia).

Cómo lo escrito puede participar en la trama

La ficción puede ir más allá de lo anterior expandiendo las posibilidades de comunicación con hologramas, cartas que hablan o letras que se escriben por magia/telequinesis sobre papel o pizarra, como en Matilda (1996). Pero el texto puede tener en la historia aún más repercusión de una manera singular, propia de la ficción y a veces exclusiva del audiovisual.

Lo escrito caracteriza personajes y ambienta. El protagonista de Memento (2000) busca que su piel funcione también como su memoria, escribiendo en ella con tatuajes. Por otro lado, en el pico de uno de los enanos de Once Upon A Time (2011-2018) ponía Dreamy (soñador), porque esa era su principal característica cuando agarró el objeto por primera vez, pero por lo que le sucederá en su vida después pasó a poner Grumpy (gruñón). Por su parte, en los carteles y camisetas de Bojack Horseman (2014-2020) se puede leer cómo un personaje intenta sin éxito que la empresa de rótulos serigrafíe solo lo que se le pide. Como ejemplo de este gag recurrente, uno de los carteles dice: CONGRATS DIANE AND MR. PEANUT BUTTER / PEANUT BUTTER IS ONE WORD.

En Hook (1991), los piratas de esa isla mágica tratan de convencer a un personaje para que olvide a los suyos. Convocan un partido de béisbol, que tanto le gusta al chico, y algunos sujetan unos carteles para formar home run. Esta expresión se refiere a un modo de anotar que requiere habilidad y consiste en recorrer las bases hasta volver al punto que se considera casa. Como este deporte es en realidad algo bastante ajeno a estos asistentes al partido, confunden la colocación de los carteles. Durante unos segundos, se podrá leer run home, esto es, «vete a casa» y durante un momento hará pensar al personaje en su hogar y en esa gente que está empezando a olvidar.

El texto fuera de la acción

Quienes impulsan una historia audiovisual consideran en ocasiones que es necesario especificar algún dato sobre una secuencia o grupo de ellas. Lo frecuente es que se concrete sobre el tiempo o el lugar de lo que va a suceder.

Cómo los rótulos de localización sitúan y hasta aportan a la narración

Algunos filmes añaden una introducción o recapitulación en forma de texto o un collage audiovisual, como el de la octava película sobre El planeta de los simios.

Para mí el diseño de rótulos que sobresalió en su día fue el de la serie Fringe (2008-2013), por ser inmensos, en 3D e insertados en la imagen de la localización.

Algunos textos de la serie sobre protectores de la humanidad Agents of S.H.I.E.L.D. (2015-2020) tienen un punto comedia, pues a menudo indican «CLASSIFIED» al presentar un nuevo espacio. Asimismo, he visto alguna película en que aparecía la indicación en alfabeto extraterrestre para luego transformarse en el equivalente latino.

Cuando un escenario podría ser de muchos lugares, el rótulo de localización, la cartelería y el idioma del entorno sitúan al instante. Con esto y algo de creatividad, se puede ahorrar en despliegues. Así, el mismo local podría hacerse pasar por un restaurante de Chipre, Malta o Croacia.


En una obra audiovisual cualquier elemento puede significar. Lo lingüístico es uno de estos componentes, que posee un plano sonoro, pero también uno escrito con el que hay la opción de decir mucho.

Fotograma que pone "The End" o fin de la película para ilustrar este artículo sobre títulos de crédito y el texto en películas y series
Durante décadas se indicaba cuándo una historia había terminado para que no hubiera dudas frente a las que se dividían en partes (que podían acabar con un «continuará…»)