Los personajes de las historias audiovisuales pueden tener un trastorno lingüístico o de otro tipo que condiciona la comunicación (como el TEA). Cine y ficción televisiva no solo han mostrado personas con dificultades del habla comunes o posibles en la realidad, sino que también han entrelazado esa diversidad con la trama de formas singulares.
Así, protagonistas y secundarios de series y películas representan maneras de expresión no típicas como la tartamudez o la articulación diferente de algún fonema. También hay unas cuantas obras sobre el proceso de aprendizaje tardío de los llamados niños salvajes.
En otras ocasiones, los relatos cuentan con un personaje que sabe comunicarse, pero no lo hace por un trauma o por decisión propia. Allison prefiere callarse para no mentir en The Breakfast Club (1985) o Dwayne guarda silencio en Little Miss Sunshine (2006) hasta que consiga ser piloto. Otras veces el motivo está sujeto a interpretación.
Al igual que otros aspectos del lenguaje pueden desempeñar una función dramática en una historia (como un acento o un idioma desconocido), un trastorno en la capacidad de hablar tiene el potencial de participar en la dimensión narrativa para, por ejemplo, generar humor de vez en cuando, intriga o tristeza al conectar la causa-consecuencia de una trama.
3 personajes con dificultades para hablar
1) Con repercusiones en capítulos de varias temporadas está el caso de Raj en The Big Bang Theory (2007-2019), cuyo mutismo selectivo ante la presencia de mujeres desaparece si cree que ha habido alcohol de por medio. Tal trastorno de ansiedad genera algunas situaciones peculiares en esta comedia. Además, existe un gran contraste entre esto y su interacción con otros, pues curiosamente él puede conversar bastante de ciertos temas.
2) Por otro lado, en un episodio del procedimental médico House (2×10, 2004-2012) presentan a un periodista que no pronunciará las palabras que pretende (salvo sí o no) ni podrá escribir. El paciente desconoce al principio que dice palabras fuera de contexto. Ayudados de otros datos, los médicos intentarán averiguar qué quería decirles tan impetuoso en determinado momento. En una pizarra (o equivalente) buscarán qué términos están próximos en cuanto a significado o fonética. Descifrar este mensaje será la clave para saber qué daña su cuerpo.
Realmente no aclaran qué motiva exactamente esta afasia expresiva y agrafia, si una caída reciente o una de las dos enfermedades que se mencionarán (o su incompatibilidad). En cualquier caso, la incomunicación que provoca durante horas será uno de los obstáculos dramáticos para no identificar qué le pasa mientras su estado sigue empeorando.
3) Por último, impacta saber por qué Hodor llegó a ser y llamarse así en Game of Thrones (6×05, 2011-2019). Él entiende, pero tampoco puede expresar lo que le gustaría. Su afasia no es de nacimiento ni se debe a problemas físicos anteriores a ese capítulo. Algo pasó (pasará) y desde entonces solo enuncia un único vocablo relacionado con ese instante y que origina su apodo desde entonces, hodor. Por cierto, la revelación de la causa también sorprendió a los traductores y requirió su creatividad.
Cualquiera que hable puede tener dificultades
Que se plantee un mundo hipotético permite que cualquier ser (como un simio o una diosa) e incluso una máquina puedan interactuar con una lengua natural y, por tanto, tener complicaciones para la comunicación.
De este modo, la nave TARDIS no dispone de energía suficiente tras un gran esfuerzo en Doctor Who (2×00, +2005) y no parece capaz de traducir a los terrícolas las intervenciones de los alienígenas, como solía hacer. Que de nuevo traduzca sería indicio de que se ha recuperado.
La inclusión de trastornos del lenguaje en los personajes supone una necesaria representación para conocer y comprender la realidad de muchos. Asimismo, en algunas historias puede aportar a mayores algo a nivel narrativo.