Las películas Before Sunrise (1995), Before Sunset (2004) y Before Midnight (2013) forman la —de momento— trilogía Before sobre una historia de amor inspirada en una emoción real, bien valorada por los seguidores del género y que en cuanto a contenido es como me había esperado sin saber mucho. La forma me ha parecido interesante y en concreto con respecto al uso de los idiomas me gustaría comentar algunos puntos de Antes del Amanecer [1], Antes del Atardecer [2] y Antes del Anochecer [3].
Un drama romántico en la Europa contemporánea
El relato transcurre en idiomas reales de su tiempo. En los tres filmes, el estadounidense Jesse y la francesa Céline viajan por Europa por un motivo u otro y se muestra con naturalidad el plurilingüismo que causa su presencia en Austria, Francia y Grecia, aunque la lengua predominante siempre es el inglés, pues la audiencia primaria sería el público de los EE. UU.
La acción se sitúa en países de lenguas relativamente minoritarias o en ciudades cosmopolitas por lo que es creíble que sus habitantes con ciertos estudios o recorrido vital tengan un buen nivel de inglés, lengua vehicular. De este modo, además de atención en la hostelería, podrán recibir en inglés recomendaciones de ocio, un poema callejero o hasta una sesión de lectura de manos. Eso sí, un personaje austríaco plantea quién debería aprender qué idioma con un Perhaps you could speak German for a change.
El repertorio lingüístico de los personajes
El relato explica el nivel de idiomas de los personajes y se es consecuente con realismo. Él sabe alguna palabra de francés por haberlo estudiado un poco o puede decir frases básicas como Sprechen Sie Englisch? o Ευχαριστώ (gracias), mientras que ella se expresa muy bien en inglés porque pasó un verano en Los Ángeles y un tiempo en Londres.
Desconozco hasta qué punto a mediados de los años 90 alguien tan joven con esos inputs podría haber adquirido esa fluidez en inglés. Tiene sentido que la calidad de comunicación tuviese que ser esa para que pudieran enamorarse. En general, a Céline no parecen dársele mal los idiomas y es perceptiva; capta, por ejemplo, a lo que se refiere el recepcionista del hotel cuando les dice en griego que necesita la tarjeta aunque la noche estuviera pagada.
Cuando ciertos personajes se expresan en segundas lenguas quizá no cometen tantos errores lingüísticos como cabría esperar en la realidad. Sin embargo, sí se hace evidente varias veces en el discurso que surgen dudas o se confunden. La protagonista no está segura de que la palabra transitory exista, no le sale pronuncia nurturer o dice toaster cuando se refería a oven. Asimismo, los periodistas franceses no articulan como un nativo o una secundaria también francesa necesita ayuda buscando la traducción al inglés de couturière.
Es una constante que Céline cuestione la habilidad lingüística de Jesse: con la típica burla leve a anglófono por no saber más idiomas, fingiendo que entendió messy [apartment] en lugar de merci o al reírse de sus intentos de acento de macho seductor del Mediterráneo.
Interesados en la cultura y tan vinculados a un entorno multilingüe, los protagonistas son muy conscientes de lo lingüístico. Por ejemplo, Jesse no se siente capaz de pronunciar el nombre de una condición de permanente déjà-vu o se da cuenta de que la lectora griega no puede saber si la traducción de unos títulos de libro es fiel al original si no conoce los textos fuente.
La pertinencia de cada idioma y su traducción
Como en la realidad, personas que comparten la misma lengua nativa se expresarán en ella cuando están hablando entre ellos. Ahora bien, cuando Céline hace como que habla con su amiga por teléfono pasa del francés inicial al inglés para que Jesse (y el espectador angloparlante) pueda seguirla en esa recreación de conversación.
La decisión de los creadores de no subtitular ni traducir algunas intervenciones dejan con la intriga a algunos personajes y a quienes no hablamos esos idiomas. De esta manera, aunque Céline sepa alguna palabra en alemán, ninguno de los dos comprende qué están diciéndose en ese idioma una pareja que discute en el tren cuando los protagonistas se conocen. Tampoco Jesse sabrá con certeza si el escritor extranjero realmente está diciendo un cumplido al expresarse en griego, como le tradujo otro personaje. Y al menos yo (española) tampoco conocía el significado de la canción final en griego.
Además de guía, la protagonista actúa brevemente como su traductora en París cuando hace falta, como al pedir un café, al entrar en un barco turístico o al hablar con el chófer.
Por cómo se suele abordar en la vida cotidiana, es lógico que de tener descendencia (común o por separado) se comunicasen con ellos en su lengua nativa: Jesse hablaría a su hijo en inglés y Céline a una hija en francés.
Hablar en otro idioma es un esfuerzo, así que resulta generoso que otras personas hablen otra lengua para que podamos entender lo que quieren decir cuando no tienen por qué. Esta deferencia muy estimable se muestra en las conversaciones con sus amigos del sur del Peloponeso.
La premisa de su tratamiento lingüístico
Para estas películas se contrataron intérpretes que tienen las mismas lenguas maternas que sus personajes, incluyendo secundarios. Esto no es tan frecuente como se podría pensar. Y ellos muestran el acento de su lengua materna cuando no se estén expresando en ella. Así, la procedencia francófona no dejará de ser apreciable en la actriz protagonista Julie Delpy. De qué región concreta de sus países son (su dialecto) no es relevante en esta historia.
Consideremos también que se permitió cierta improvisación a partir de los guiones y conversaciones con el fin de lograr naturalidad de los diálogos.
No sorprende la búsqueda de la verosimilitud lingüística teniendo en cuenta que el creador de esta trilogía rodada con 9 años de diferencia entre cada una impulsó una obra como Boyhood (2014). En este largometraje programó el rodaje en diferentes momentos durante más de una década para que los intérpretes creciesen y madurasen a la par que sus personajes. Actualmente está preparando Merrily We Roll Along, que requerirá el paso de unos 20 años desde la grabación del primer plano hasta su montaje final.
En la historia de la trilogía Before, sobre un mundo global en que nos encontramos y desencontramos con palabras y hechos, los idiomas son a veces vulnerabilidad e incertidumbre, pero sobre todo un medio para intentar entendernos a nosotros mismos y a los demás.
—Goodbye.
—Au revoir.
—Later.